En tiempo de ruido, el silencio también vota.
Hay votos que no se confiesan. No porque se tema, más bien porque no falta explicarse siempre. Son votos tranquilos, sin banderas, que eligen como se elige el silencio frente al ruido.
No todos callarán por cansancio. Habrá quienes harán silencio porque están ocupados viviendo: trabajando, sosteniendo una casa, acompañando el crecimiento de sus hijos, esperando o no que las cosas se acomoden sin prometerse demasiado. Mirando sin fanatismo, escuchando sin creerse todo.
En la vida real no hay tanto grito. Hay conversación corta en la fila del súper, o cálculo de gastos; también, cuidado entre vecinos, familiares, amigos. Una gran porción de la población no necesita estar de acuerdo para seguir adelante.
El país, la provincia, las ciudades, se definen también en esa reserva íntima. El país que lee, mira, escucha, y que fundamentalmente vive.
En silencio, elegirá.
CT
