Pensamientos en voz baja, inspirados en Borges.
—Entró a una librería buscando el Aleph.
Lo encontró.
No pudo decidir qué libro llevarse.
—Fui a la casa de Borges a pedirle un libro.
Me prestó un espejo.
Y me dijo: "Ahí están todos."
—Soñé que Borges soñaba conmigo.
Pero al despertar…
seguía en la Biblioteca.
—Fui a buscar el Aleph.
Lo encontré en el punto final de un cuento…
y se me olvidó cómo empezaba.
—Soñé con un tigre de papel.
Tenía más peso que un león de verdad.
Era un poema de Borges.
—Borges me prestó un libro.
Lo abrí y estaba en blanco.
Me dijo: “Es el que más revela.”
—Le pregunté a Borges si Dios existía.
Me respondió con una cita de Spinoza…
en sánscrito.
—Borges jugaba al ajedrez con la eternidad.
Siempre empezaba con blancas.
Porque en su universo…
el tiempo era una página por escribir.
“La eternidad está enamorada de las obras del tiempo.”
(William Blake, citado por Borges)